CROMAÑON, Mentiras y Verdades

Para que usted, que siempre (o nunca), se interesó en saber que pasó el 30 de Diciembre de 2004 en Cromañón, escribimos este texto. Porque si tuvimos la suerte de poder contarla, es precisamente eso lo que vamos a hacer. Contarla. ¿Que pasó esa noche?


El Lugar. Todos los asistentes, concurrimos a un lugar, donde era de público conocimiento que se realizaban recitales de rock. Nuestra función esa noche, era ir a ver un espectáculo de Rock. El local fue promocionado por su gerenciador, Omar Chabán, como “un micro estadio para 4 mil personas”. El Periodismo no lo dudó y lo publicó. ¿Por qué iba a dudarlo el público? ¿Por qué iba a dudarlo la banda?

La “Cultura del Rock”. El fenómeno de las bengalas no era exclusivo de Callejeros. Alguien desinformado podría pensar que las bengalas en el rock comenzaron porque algún músico sugirió su uso, pero no fue así, en realidad fue algo parecido a una herencia. Del fútbol al rock. Este modo “festivo” comenzó por cuenta del público, porque a algunos se les ocurrió y otros lo imitaron. El desenlace fatal de las 194 víctimas era casi lógico con las condiciones de seguridad de todos los boliches donde se brindaban recitales. Podría haber pasado antes (de hecho, pasó antes y pasó después, en éste y otros ámbitos) o podría haber sido después, pero no hay que olvidar que si esto pasó es porque las condiciones de seguridad de todos los espacios eran precarias. Y si el propio Estado acusa desconocerlo, con más razón, lo desconoce una banda de rock o su público.

El incentivo de la “bengala”. Tomar una actitud pasiva como incentivo es algo equivocado. Yo incentivo cuando incito a alguien a hacer algo, pero si ese alguien ya tenía la costumbre de hacer algo, “no censurar” esa acción no es lo mismo que “incentivar”. Si el público de rock prendía bengalas hace diez o quince años, no pueden decir que quien no censuró esa costumbre hace cuatro o cinco sea responsable de incentivar dicha costumbre. Trasladar la responsabilidad de que una persona prenda una bengala, a quien está arriba del escenario con un micrófono o un instrumento, es un tremendo error. De esa forma estamos, no solo trasladando esa responsabilidad sino también menospreciando la inteligencia de quienes ya no están, y de quienes sobrevivimos. Aunque el grupo musical, incentive el uso de pirotecnia, cada uno de los asistentes es libre de decidir si quiere hacerlo o no. Esa decisión es personal. Si el vocalista de una banda, dice: “saquen armas y disparen tiros al aire”, el publico no va a hacerlo, por lo tanto la decisión de prender pirotecnia, también, es del público y no de la banda. Aunque algún abogado quiera instalar que Callejeros daba “la orden” de prender bengalas. Eso es completamente MENTIRA.

El Gerenciador del lugar. Omar Emir Chabán. Una persona de una trayectoria sumamente extensa en el mundo del Rock. Quienes lo conocían en ese momento, aunque sea de nombre, suponían que era el dueño del lugar. Segundos antes de que suceda la tragedia, Chabán realizó una advertencia al público: “Negros de mierda, Pelotudos, no prendan pirotecnia, las salidas no van a dar abasto, se van a morir todos como en Paraguay”. Alguien puede tomarlo como advertencia, otros pueden tomarlo como provocación. Lo concreto es que las salidas no iban a dar abasto. Si él lo sabía, también debían haberlo sabido, los funcionarios del Gobierno de la Ciudad, encargados de permitir, o no, que ese lugar funcionara en esas condiciones.

El Gobierno de la Ciudad. Las 3 personas mencionadas a continuación, son las principales responsables de que Cromañón haya estado abierto y no clausurado. Son los únicos que tenían el poder de decidir que ese lugar estuviera cerrado, que ninguna banda tocara ahí y que ningún gerenciador pudiera abrirlo en esas condiciones. Fabiana Fizbin, (Ex Subsecretaria de Control Comunal), Ana María Fernández (Directora Adjunta de la Dirección General de Fiscalización y Control), Gustavo Torres (Director General de Fiscalización y Control). Ellos son, sin ningún tipo de duda, los principales responsables de esta tragedia. Son los únicos que podrían haberlo evitado y NO LO HICIERON. Si el lugar funcionaba sin habilitación y sin ser inspeccionado y la culpa no la tienen los organismos de control ¿quién la tiene? Cromañón no era un lugar oculto, se promocionaba en los medios masivos como un lugar para hacer recitales y actividades culturales con asistencia masiva de público. Nadie, salvo el Estado, podía dudar que el lugar estuviera en condiciones.

La banda “Callejeros”. Una banda de rock, con 8 años de trayectoria hasta ese momento. Su función esa noche, era subir al escenario y brindar un show musical. Es importante aclarar las funciones de cada uno. El gerenciador debía acondicionar un lugar para que toquen grupos musicales. El gobierno y sus inspectores debían controlar que ese lugar este debidamente acondicionado para tal fin. El público debía ir a ver una banda y disfrutar de su show. Ni el público, ni la banda, debían controlar habilitaciones. No saben, ni deben saber, sobre habilitaciones. Ni el público ni la banda debían controlar que el techo fuera ignifugo, hay gente especializada para dicha tarea, ¿Cómo vamos a culpar a un grupo musical por no verificar que un techo es ignifugo o la disposición de una salida de emergencia? ¿Acaso le pedimos a un inspector de seguridad que toque bien un saxofón? Es una locura que un músico que no estudió para eso sino precisamente para ser músico, deba verificar salidas, techos, y demás cuestiones de seguridad, porque NO ESTÁ CAPACITADO para hacerlo. Por lo tanto no es su función, ni debe hacerlo.

Las Amenazas a Sobrevivientes y Testigos. Muchos de nosotros, durante estos casi 5 años, hemos tenido que soportar diversas situaciones. Soportamos que nos ignoren, que nos amenacen, que nos golpeen, que nos deseen la muerte por defender nuestra verdad. “Ustedes se tendrían que haber muerto en Cromañón” se escuchaba de varias bocas en la última manifestación en Tribunales. “Vos no podés hablar porque a vos no se te murió un hijo” escuchamos durante casi 5 años. ¿Qué deberíamos hacer? ¿Efectivamente morirnos para que nuestros padres hablen por nosotros? ¿Callarnos la boca y dejar que sigan ensuciando la causa? Es lo que venimos haciendo. Hasta hoy. Hasta que decidimos escribir este texto y contarle a todo el mundo la verdad. Somos TESTIGOS y sobrevivientes de esa noche, y como decíamos en el inicio, algo hizo que hoy estemos acá para contarla. Sin intenciones económicas ni políticas. Sin nada que esconder. Sin amenazar a nadie. Esta es nuestra verdad. Queremos, Necesitamos y Exigimos JUSTICIA.

TEXTO ESCRITO POR SOBREVIVIENTES DE LA TRAGEDIA DE CROMAÑON.

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